“Los abuelitos son los papás de mis papitos, nos quieren como a sus hijitos, pero nos consienten más”, dice el coro de una canción dedicada a los abuelos. Además, resume bastante bien el rol que cumplen ellos en el desarrollo de los nietos. Son casi como padres: cuidan, educan y aman, aunque con una dosis extra de cariño y consentimiento.
No obstante, la palabra clave es “casi”. Salvo casos particulares, los abuelos nunca deben ser substitutos de los padres. Entre las razones más importantes están la condición física y mental, que dificulta que una persona mayor esté siempre al tanto de un niño muy activo.
Pero aún más importante es el hecho de que ellos ya cumplieron su rol de padres, por lo que encargarse de los niños no debe ser una obligación ni una carga. Aún así, hay otros roles que pueden asumir, para los cuales están completamente capacitados. Por ejemplo…
Rol #1. Apoyar en el cuidado de los niños (pero no hacerse cargo totalmente)
Si bien hay abuelos que están felices cuidando a sus retoños, cada vez hay más que tienen una vida activa, participando en deportes, actividades artísticas, reuniones sociales, etc. De igual manera, están los que simplemente prefieren estar tranquilos, sin tener que estar pendientes de un niño a su cargo, todos los días.
En ese sentido, el apoyo que brindan debe ser siempre voluntario y respetando sus demás actividades diarias.
Rol #2. Generar identidad con la familia
¡Las historias más divertidas son siempre las anécdotas familiares! Y los abuelos tienen muchas para contar. Estas historias, además de ser entretenidas, ayudan a crear un “gran cuento familiar” en el que el niño puede ubicarse y sentirse parte del grupo.
Las historias también generan empatía. Conocer sobre las travesuras de los papás y los tíos cuando eran pequeños , ayudará a que el niño se sienta más identificado con ellos.
Rol #3. Ayudar en la comunicación entre padres e hijos
En situaciones tensas, los abuelos pueden asumir el rol de árbitro. Ellos también han sido padres, así que entienden las exigencias que estos pueden tener. De igual manera, tienen un contacto más íntimo y afectivo con los nietos, por lo que les es más fácil conocer sus necesidades e intereses. Esto sumado a su experiencia de vida, hace que los abuelos sean excelentes mediadores cuando hay un conflicto.
Rol #4. Enseñar a respetar a los mayores
En su vida diaria, los abuelos están expuestos a una serie de retos relacionados con su edad. Por ejemplo, no podrán correr tan rápido, o subir escaleras con comodidad . Al ver esto, el niño comprenderá que las personas mayores necesitan cuidados especiales, y estará más involucrado al momento de ayudarlas.
Rol #5. Aprender de los nietos (¡y enseñarles a ser pacientes!)
Se ha generado una situación interesante en algunas familias: los jóvenes, más familiarizados con la tecnología, son quienes enseñan a los abuelos cómo utilizarla. Este escenario es ideal para educarlos en paciencia, y para ayudarlos a entender que no todos aprendemos de la misma manera.