Cargar a tu bebé es una tarea que requiere habilidad y muchísima atención, pues como bien sabes, su cuerpo aún es muy frágil. Ante esta situación, existe una alternativa que cada vez se vuelve más popular entre las mamás: los fulares.
El fular es un tipo de porta bebé hecho de tela en forma rectangular que se envuelve en el cuerpo de la mamá, dejando un espacio para colocar al bebé, de tal manera que todo el cuerpo del pequeño queda pegado al pecho de la madre. Si no conocías este producto, es posible que se crucen algunas preguntas por tu mente, pero tranquila, aquí resolveremos tus dudas:
¿Cuáles son los beneficios de un fular?
- Sentir la piel de mamá, sus latidos, su olor y el suave balanceo al caminar, le recuerda al bebé su paso por el vientre materno, esto le brinda tranquilidad.
- La posición y el constante contacto entre el vientre del bebé y el cuerpo de mamá, genera un masaje involuntario que favorece la expulsión de gases del bebé.
- La sensación de peso del bebé disminuye, ya que se reparte entre los hombros, la espalda y la cintura de mamá.
- Si das de lactar, el fular es una manera práctica y discreta de hacerlo.
¿Cómo elegir uno?
- Dos tipos: Los de tela distribuyen mejor el peso del bebé, tienen mayor duración y no se deforman. Por otro lado, están los elásticos, que se adaptan de manera más natural al cuerpo del bebé, le brindan mayor comodidad y son más prácticos de colocar.
- El tamaño: El estándar es de 70 cm de ancho y mientras más largo, mejor, ya que te permite ir ajustando el fular a medida que tu bebé va creciendo.
¿Hasta qué edad se puede utilizar?
Los fulares de tela pueden ser usados por recién nacidos o niños de hasta 4 años, mientras que los elásticos, están recomendados para emplearse con pequeños de hasta 10 meses y que no superen los 9 kilos.
¿Son realmente seguros?
Los fulares son muy seguros si se utilizan correctamente, por eso, es importante que, al momento de adquirir el tuyo, solicites que te expliquen paso a paso cómo utilizarlos. Un consejo que debes tener siempre en cuenta es no dejar de sujetar al bebé por ningún motivo hasta haber hecho el último nudo, solo entonces estará completamente resguardado en tu pecho.
¡Anímate por esta práctica y segura opción para moverte junto a tu bebé!
El instinto de protección que las conecta, a nosotros nos inspira. Conoce a Flavia, una mamá primeriza que buscó el apoyo de otras madres en grupos online y logró resolver sus dudas sobre esta etapa tan especial.